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James Thomas Humberstone: de Administrador a Oficina Salitrera declarada Patrimonio Mundial por UNESCO.
James Thomas Humberstone Entrevista a Esme Corthorn Humberstone, nieta de James Thomas Humberstone, en la cual se puede apreciar la labor que ocupaba el señor Humberstone en la economía del norte salitrero. Entrevistador: Cuál fue su lugar de nacimiento, donde vivió? Esme Corthorn Humberstone: Nací en Entrevistador: Cómo llegó su abuelo materno, James Thomas Humberstone a Chile? Cuáles fueron las circunstancias? Esme Corthorn Humberstone: Mi abuelo materno nació en Dover (Inglaterra) el 8 de julio de 1850. Llegó a Chile (entonces Perú) a principios de enero del año Entrevistador: Su abuelo fue conocido como “Don Santiago” ...por qué? Esme Corthorn Humberstone: El nombre James puede traducirse como Jaime o como Santiago. Alguien comenzó a decirle “Don Santiago”, y así quedó. Entrevistador: Dónde conoció el Sr. Humberstone a la que sería su futura esposa, Irene Jones? Cómo se dio esa circunstancia? Esme Corthorn Humberstone: Entrevistador: Cuántos hijos tuvieron?, dónde vivieron? Esme Corthorn Humberstone: Tuvieron 13 hijos, pero sólo 7 de ellos sobrevivieron a las enfermedades que se sufrían en Entrevistador: Qué aportes realizó su abuelo en Esme Corthorn Humberstone: En primer lugar mi abuelo es conocido por haber adaptado el Sistema Shanks a la elaboración del Salitre, que fue una adaptación de un sistema para elaborar carbonato que conoció en Inglaterra. Él fue muy generoso con su invento y ayudaba a todos los que le solicitaban colaboración para instalar este sistema en sus Oficinas Salitreras, y nunca pidió nada a cambio.
Entrevistador: Cómo se gestó el relato Huida de Agua Santa en 1879 que escribiera su abuelo, el Sr. Humberstone? Esme Corthorn Humberstone: Entiendo que fue en una reunión de salitreros en que a él se le ocurrió relatar este episodio de su vida, y más adelante lo dejó como un testimonio para sus hijos y nietos. Entrevistador: Tiene conocimientos de las razones por las cuales su abuelo James T. Humberstone dejó de Administrar Esme Corthorn Humberstone: No tengo conocimientos de las razones pero podría pensar que le hicieron una mejor oferta en una Compañía en la cual ya había trabajado antes. Entrevistador: Qué importantes enseñanzas le dejó su abuelo y porqué? Esme Corthorn Humberstone: Solamente buenas enseñanzas. Cuando yo tenía 10 años tuve un problema al corazón y no se me permitió hacer deporte, por lo cual iba todos los días a casa de mis abuelos donde hacía mis tareas, los acompañaba, y salía a caminar con mi abuelo, quien siempre me contaba anécdotas interesantes y siempre con moral. Como a los 13 años ya me habían enseñado a escribir a máquina en el colegio, todas las tardes él me pasaba manuscritos de su autobiografía para que los mecanografiara. Entrevistador: Qué les diría Ud. a las personas que asocian Humberstone solamente a una Oficina Salitrera declarada Patrimonio Mundial por UNESCO? Esme Corthorn Humberstone: Yo creo que tendrían que saber quien era, como actuó toda su vida, y cuan respetado era tanto en Entrevistador: Que opina de las personas que critican las malas condiciones de los trabajadores salitreros? Esme Corthorn Humberstone: Hay muchos libros que hablan sobre lo mal que vivían los empleados y obreros de las Oficinas Salitreras, pero no eran mal tratados y en algunas tenían bastantes comodidades. El Administrador se encargaba de solucionar los problemas tanto de la producción como de los empleados y obreros. Tenían Pulperías con productos de muy bajo costo. También se critica mucho el hecho de que eran pagados con fichas que sólo se podían usar en En una oportunidad a mi abuelo lo tuvieron a punta de pistola porque no llegaba la remesa, por lo que tuvieron que enviar hombres a caballo para que trajeran la remesa con mayor prontitud.
Entrevista de Thomas North en su regreso a Chile.
![]() Entrevista dada por North a Heraldo un periódico de la época para que tomaran notas de las apreciaciones del Coronel en este regreso a Chile. (extracto)
Coronel North: me es altamente satisfactorio responder a las preguntas que tengan a bien hacerme los redactores de un diario como el Heraldo, que me ha favorecido con tanta bondad, y esa satisfacción reviste otro carácter de mas alto significado para mi, en vista que uno de esos dos caballeros es deudo de un ilustre hombre publico que ya no existe, el señor José Francisco Vergara, a quien conocí y estime en sumo agrado. esto me trae a la memoria hechos de la guerra que Chile sostuvo con el Perú y Bolivia, y las veces que pude prestar algunos servicios, tanto al señor Vergara como al entonces el ministro de Guerra Rafael Sotomayor. Recuerdo que cuando se traslado a Ilo el ejercito que había acampado en Tarapacá, alguien trató de arrendarme las lanchas que yo poseía en Iquique, a lo que me opuse ofreciéndolas gratis, como lo hice. Era lo menos que podía hacer por el país en que vivía y en donde había radicado todas mis esperanzas. Otro tanto tuve ocasión de hacer en un momento en que se corrió en Iquique que llegaban de sorpresa tropas bolivianas y se desembarcaron tropas para reforzar la guarnición de la ciudad y del interior. Permítanme que recuerde todavía, que mi vaporcito María Luisa sirvió para transportar a los heridos de Arica y que mis amigos de entonces saben que no rehusé contribuir al servicio de Chile cada y cuando encontré ocasión y se me creyó necesario. que sirva esto de introducción para que no ignoren a que fui amigo del país de ustedes en horas difíciles o e conflicto.
Redactores; desearíamos saber, señor, en que época o año llego a Chile y en donde residió primero
Coronel: recuerdo como si fuera ahora, que llegué a Valparaíso en 1869, en un día en que se quemaban hermosos edificios, y que perecían uno o dos bomberos desempeñando su penoso y heroico deber. No puedo tampoco olvidar que pisé tierra con veinte libras esterlinas en mis bolsillos, pero con gran caudal de esperanzas. Pase a establecerme en Caldera, en cuya maestranza de ferrocarril me ocupé. Después de algún tiempo me fui a Perú a trabajar en las salitreras de Tarapacá.
Redactores; ¿Cuál fue la primera negociación que le dejó considerable provecho?
Coronel: 40.000 toneladas de salitre que compré al Gobierno de Chile y las que vendí en muy favorables condiciones…
Redactores; ¿Qué piensa acerca del porvenir del salitre?
Coronel: el uso y aplicaciones del salitre creo que están en su infancia. La mayor parte de los pueblos no lo usan porque no lo conocen, y es de los Gobiernos a contribuir a hacerlo conocido, tanto por aumentar producción del nitrato, cuanto por favorecer los interese de los agricultores que se enriquecerán en tanto menos tiempo, cuanto mayor sea el rendimiento de los campos. (…) en mis libros figura una partida de 20 mil libras gastadas en el año pasado en publicaciones que han circulado profusamente en Europa y estados Unidos. Recuerdo también que supe que en España no se usaba el salitre y envié un cargamento que fue repartido gratis a los agricultores de valencia, con lo que conseguí un nuevo mercado y robustecer mi opinión de que quienes conocen las ventajas del abono del salitre no la abandonan jamás (…) la disminución del precio en la venta del salitre no deben temerse, pues la inmensa producción compensa de sobra la menor ganancia en cada unidad.
Redactores ¿son muchas las personas que en Inglaterra han tomado parte de las nuevas sociedades explotadoras de salitre? ¿Qué piensa Usted de esa explotación que muchos califican de monopolio?
Coronel: no podría fijar el número de familias inglesas que tiene parte en las sociedades salitreras, pero puedo asegurar que son más que las que cualquier cálculo pudiera determinar, y esto es cabalmente lo que rechaza la idea de que pueda esa negociación ser un monopolio, que lo era en realidad antes cuando las salitreras y ferrocarril de Tarapacá, pertenecían a seis u ocho personas.
Los millares de accionistas y centenares de directores de las diversas asociaciones establecidas ahora, alejan todo cargo de monopolio y colocan la industria de los nitratos bajo una base de entera libertad. No es accionista sino el que no lo quiere.
La misma diversidad de interesados y su gran cantidad, es una garantía de publicidad de todas las operaciones que se realicen.
Redactores ¿Qué suerte ha corrido a la empresa de agua de Iquique?
Coronel: la compañía está formada y se espera solo que la Municipalidad de Iquique conceda el permiso necesario para empezar a tender las respectivas cañerías. En cuanto al precio del agua, puedo anticipar que no excederá de uno y medio centavos por decalitro.
Redactores ¿Qué suerte ha corrido el proyecto de fundar un banco con capital ingles y con residencia en Santiago?
Coronel: no pienso hacer nada en ese sentido, pues empresa semejante perturbaría las operaciones que ejecutan ahora los establecimientos bancarios que hay en Chile. Deseo mantener las mejores relaciones de amistad con los chilenos y no contribuiré a perjudicar sus intereses.
Redactores ¿abandonara luego usted a Chile?
Coronel: no; ni lo deseo tampoco. Puedo afirmar que estaré entre ustedes por algunos meses.
Redactores: ¿Cuándo va a Iquique?
Coronel: a mediados del entrante mes.
Redactores ¿en que otros negocios tomara parte en Chile?
Coronel: no puedo precisarlo, pero pueden estar seguros de que no rehusaré mi persona ni mi fortuna, a ninguna empresa nacional que las solicite, si para ello s me cree necesario. Debo a Chile mi opulencia y tiene derecho Chile a contar en todo negocio serio.
Redactores ¿Qué piensa usted de las salitreras del Estado? ¿Piensa comprarlas?
Coronel: me he preocupado algo de ese asunto y debo decir con toda franqueza que no tengo gran interés en adquirirlos para mí o para alguna de las sociedades de que formo parte. Llegaría a rematar algunas de esas salitreras si fueran presentadas en condiciones ventajosas y se encontraran colocadas cerca de las que me pertenecen, en participación con algunas de las formadas en Inglaterra.
Redactores: ¿Qué piensa usted acerca de las salitreras que se han venido últimamente en diversas regiones del norte de Chile?
Coronel: consta a varios de mis amigos que cuando tuve conocimiento de algunas de esas ventas, manifesté que juzgaba exagerado su precio, y así cuide de publicarlo en diversos diarios ingleses, porque creo que la equidad y la verdad son los factores indispensables para acreditar negociaciones de esa especie.
Pueden ustedes afirmar que yo no he tomado parte en la formación de la ultimas sociedades salitreras, y que en todo caso procuraré que no sea menoscabado el crédito de que Chile debe gozar respecto de esa materia.
Fuente: "Historia y ficción literaria sobre el ciclo salitrero en Chile", Pedro Bravo, Bernardo Guerra, pág 121-125. |
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